Se conoce como estrés oxidativo al desbalance entre la producción sistémica de radicales
libres o especies reactivas de oxígeno (ROS) y la capacidad biológica celular antioxidante
para eliminar o inactivar dichas especies.
Los seres vivos obtienen la mayor parte de su energía a partir de reacciones metabólicas
y como producto de ello se generan ROS que serán posteriormente inactivados por diversos
mecanismos.
En el caso de los espermatozoides, estos se ven sometidos a ROS provenientes de los que
ellos mismos generan en la respiración celular y los que están presentes en el plasma
seminal.
A este nivel existen varias moléculas, además de los espermatozoides que generan ROS
en el metabolismo de la glucosa, ya sea en el proceso de formación espermática, los
leucocitos polimorfonucleares, diversas enzimas y organelos celulares. Los ROS pueden
verse aumentados por causas medioambientales como el tabaquismo, exposición a radiación,
agentes alquilantes, alcoholismo, drogadicción, calor, etc. Pero también pueden
incrementarse por causas clínicas como la torsión testicular, infecciones genitales,
varicocele, diabetes u obesidad. Un factor relevante en la síntesis de ROS es la edad
masculina, ya que cada vez existe una mayor tendencia en posponer la paternidad.
La principal ROS producida en el espermatozoide es el anión superoxido (O2-), y gracias
a los mecanismos propios antioxidantes estas moléculas se convierten a su vez en otras
que son eliminadas o utilizadas, como la enzima superóxido dismutasa que es capaz de
convertir peróxido de hidrógeno (H2O2) a partir del (O2-) y así luego obtener agua (H2O)
y oxígeno (O2) gracias a otras enzimas.
Es así como mediante un complejo mecanismo de producción de ROS se complementa con
reacciones conocidas como antioxidantes que permiten neutralizar sus efectos generando
un equilibrio, cuando la producción de ROS excede la capacidad antioxidante ocurre el
estrés oxidativo. Este estrés oxidativo más la protaminación defectuosa, son considerados
como una de las principales causas de daño en el ADN del espermatozoide.
Las especies reactivas de oxígeno (ROS) producidas por la mitocondria de los
espermatozoides y la estimulación de la peroxidación lipídica (LPO) son uno de los
mayores causantes del daño al DNA del espermatozoide, afectando a la modificación de
las bases nucleotídicas e incrementando los niveles de fragmentación del DNA.
En comparación con otras células, los espermatozoides son más vulnerables al estrés
oxidativo, debido a que su membrana es muy rica en ácidos grasos poliinsaturados.
La peroxidación lipídica producida por los ROS produce reacciones asociadas a la
pérdida de función e integración de la membrana, llevando a una clara disminución
de la capacidad fecundante del espermatozoide. Ésta afecta a la fluidez de la membrana
y que interfieren tanto en la motilidad del espermatozoide como en la fusión ovocito-esperma.